No nos vamos a engañar a estas alturas de la partida, cuando adquirimos un videojuego queremos ver aventuras, rivalidad, desafíos, experiencias… pero queremos vivirlas nosotros y arriesgarnos para conseguir nuestros objetivos. De hecho, la alternativa es encender la tele, la tablet o buscar en netflix o cualquier servicio de entretenimiento un contenido a la carta y reservar el uso de nuestros pulgares para seleccionar la siguiente palomita de maíz .
Desde la inteligencia artificial del legendario ‘Pong’ hasta los últimos niveles del ‘Candy Crush’ hay un trecho, de eso no cabe la menor duda, sin embargo los videojuegos no han sido los únicos que han evolucionado. ¿Cómo le explicamos a la nueva generación de jugadores que desconoce lo que es jugar sin puntos de guardado o que la partida se agote al llegar un cronómetro a cero que a veces ser derrotados cientos de veces puede ser divertido?
Super Mario Bros uno de los mas épicos
Partamos de la base del primer mundo de ‘Super Mario Bros’ e intentemos recordar, o imaginarnos, cómo fue nuestra primera partida. Seguramente hayamos salido escopeteados hacia el primer enemigo y ¡Zas! Una vida menos. Lo mismo ocurrió cuando comprobamos que si caíamos por un precipicio nuestros progresos no continuaban ahí abajo. Dos vidas menos, ¡sólo nos queda un intento! Pero a cambio ya hemos aprendido dos reglas que asentarán la licencia y que nos dan la clave de la ecuación: la curva de aprendizaje.
Los videojuegos, como prácticamente cualquier actividad ingeniada por el ser humano, tienen sus reglas y su fase de adaptación, pero a cambio nos ofrecen una enorme satisfacción cuando nos hacemos con el sistema de juego y superamos sus desafíos, se trate de ‘Tetris’ o de una partida online de ‘Overwatch’. Sin embargo esa experiencia satisfactoria es todavía más intensa cuanto más tiempo y dedicación le dedicamos a resolver un escenario tremendamente desafiante.
Sin desmerecer a ningún equipo de fútbol profesional, vencer en el ‘FIFA 16’ a equipos como el Real Madrid o el FC. Barcelona usando el Málaga CF es una doble victoria debido a las estadísticas que EA ofrece a sus plantillas, y por ello los videojuegos más difíciles siempre han calado mucho más entre los usuarios: pueden ofrecernos un recuerdo horrible o habernos hecho tocar el cielo al terminarlo, pero aquellos que los han superado se han ganado un merecido respeto entre el resto de los jugones: “¿Alguien ha conseguido más de 999 puntos en el Flappy Bird? ¡Imposible!”
Evidentemente, el anterior es un cortometraje repleto de efectos digitales, pero el concepto está ahí.
¿Son los juegos de hoy más fáciles que los de ayer?
Conforme se va ensanchando la historia de la industria de los videojuegos se va creando cierta retrospectiva selectiva, como ocurre con otras expresiones culturales como la música o el cine, y eso puede llegar a condicionar nuestros recuerdos. Sin embargo no se puede negar que la mayoría de los juegos actuales están diseñados para evitarle al usuario una experiencia frustrante y eso se traduce en una búsqueda por parte de las desarrolladora de hacer más permisibles ciertas mecánicas o reglas.
En la gran mayoría de los juegos de hace 25 años la barra de salud de los personajes no se “recargaba” simplemente esperando como ocurre con juegos del estilo de ‘Gears of War’ o ‘The Order 1886’,. Igualmente no era común que hubiera la posibilidad de conservar nuestros progresos una vez apagada la consola, aunque sí es cierto que en PC la situación era distinta. El propósito de programas de Windows como “el Solitario” o ‘el Buscaminas’ era familiarizarnos con el uso del ratón, en una época en la que las crucetas tenían cuatro direcciones y los joysticks imitaban las palancas de avioneta.
Los videojuegos de hoy en día
Hoy los videojuegos ofrecen vidas infinitas y puntos de control estratégicamente distribuidos, sí, pero hay que recordar que pocos títulos clásicos jugados de una sentada excedían la hora y media de entretenimiento, cosa prácticamente impensable hoy en día y menos con el juego online. Completar juegos tan legendarios e icónicos como ‘Super Mario Bros. 3’ se conseguía en menos de dos horas y deteniendonos a probar suerte en algún minijuego. El jugador ha evolucionado y la industria de los videojuegos se han adaptado a sus demandas.
Pero también en la actualidad hay más desarrolladores y el mercado está muchísimo más fragmentado. Tenemos juegos casuales y la tendencia tiende a popularizar los mid-core games, pero también están los jugadores que quieran una experiencia más concienzuda. A fin de cuentas, la distribución digital, los juegos indies y la búsqueda de nuevas propuestas como elemento diferenciador ha derivado en una explosión de géneros y maneras de afrontarlos y gracias a estudios legendarios como el Team Ninja (Ninja Gaiden) o más recientes como Fromsoftware (Dark Souls, Bloodborne) se preserva la tendencia de ofrecer un desafío complicado y que pondrá muy a prueba nuestra paciencia y habilidades.
Disponemos de un enorme abanico de opciones, desde los modelos de monetización basados en el Pay to win en el que desembolsando una cierta cantidad nos ahorraremos incómodas molestias, hasta juegos indies que sólo de verlos se nos hacen imposibles de seguir. Tenemos la opción de encontrar una experiencia al gusto.
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